29 de diciembre de 2017

Alias Grace, los presocráticos y Marx

Hoy se conjugaron los tres hechos del título: la novela de Margaret Atwood que terminé de leer hace unos días, la importancia de las preguntas en la filosofía presocrática (recordando mi último final del año y empezando a ver la segunda temporada de Merlí) y el concepto de trabajo alienado de Marx. Sí, ya sé, en las reseñas me ocupo de los detalles y dejo mucho afuera, pero creo que cada libro tiene que generarme preguntas y en eso me gusta centrarme a la hora de reseñar. 

Alias Grace se nutre de una historia verídica, la de Grace Mark, quien fue acusada de asesinato en julio de 1843, aunque su condena fue finalmente conmutada a cadena perpetua. Los muertos eran dos: Thomas Kinnear, patrón de Grace, y Nancy Montgomery, ama de llaves y amante de Kinnear. La historia comienza poco antes de que Simon Jordan, un médico que desarrollaba su labor en el área de la incipiente psicopatía, comenzara a trabajar con la muchacha, quien manifestaba no recordar absolutamente nada de lo ocurrido. Su objetivo no era declararla inocente o culpable, sino comenzar a desentrañar los laberintos de la mente humana, la posibilidad real de la amnesia y de la doble personalidad. Narrada desde diferentes voces, la novela me maravilló desde el comienzo. Sin lugar a dudas, la recomiendo. 

Resta ahora interrogar. ¿Cuántas injusticias puede soportar el ser humano? ¿Por qué por el mismo pecado unos merecen la muerte y otros la gloria? ¿Por qué naturalizamos que así sea? ¿Por qué, incluso sabiéndolo, no hacemos nada? ¿Por qué juzgamos la violencia última sin considerar que es una cadena que se ha repetido desde el comienzo de la humanidad? 

Naturalmente, Alias Grace no nos da las respuestas pero, si sabemos ver, nos saca de la caverna, nos arroja al mundo y ahí, solos ante la página escrita, nos preguntamos por qué.


Alias Grace
Margaret Atwood
525 pág. 
Salamandra
Traducción: María Antonia Menini Pagès

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